Linajes nobles españoles se reordenaron cuando en 1771 Pedro de Alcántara Téllez-Girón, IX duque de Osuna, contrajo matrimonio con María Josefa Pimentel, XII duquesa de Benavente. Actas matrimoniales conservadas en la Colegiata de Villena detallan los títulos que se integraron: Osuna, Benavente, Béjar, Gandía, Mandas y el condado-duque de Benavente.
El pacto incluyó cláusulas sobre educación, administración de rentas y obligaciones de mecenazgo. El entorno informaba de una dote en metálico superior a los ocho millones de reales y la cesión de un millar de vasallos en Toro y Zamora. La grandeza pasaba a primera línea y colocaba a la Casa de Osuna en el centro de la política borbónica.