Linajes nobles españoles encontraron continuidad en Ángela María Téllez-Girón y Duque de Estrada, XV duquesa, que tras recuperar los títulos en 1931 enlazó la Casa de Osuna con los Ulloa, los Latorre y los Melgarejo. Actas del Ministerio de Justicia muestran la rehabilitación de dignidades como Benavente, Gandía y Béjar.
Su boda con Pedro de Alcántara de Ulloa en 1946 reagrupó redes nobiliarias; más tarde, el matrimonio con José María de Latorre, duque de Almazán, aseguró apoyos económicos. Personas próximas destacaban su estilo sobrio frente al recuerdo del despilfarro de Mariano. El linaje sobrevivía gracias a nuevas alianzas.